España, campeona de Europa de baloncesto

85-63. Con ese resultado (bastante escandaloso para tratarse de una final), España ha ganado a la selección Serbia y se ha proclamado (¡por fin!) campeona de Europa de selecciones.

El camino hacia este primer oro continental no ha sido fácil. Después de un paseo triunfal ante todas las selecciones a las que se enfrentaba en los partidos de preparación, parecía que esta racha iba a continuar durante todo el torneo. Pero en el último partido amistoso, jugado contra Lituania en Vilna, España recibió el primer revés, al caer por 24 puntos. Sin embargo, el optimismo seguía en el seno del equipo español, confianza que probablemente repercutió en el rendimiento en los siguientes partidos. España se estrenó ante la propia selección Serbia, una selección muy joven, que lo ha ganado absolutamente todo en categorías inferiores, y que habrá que tener muy en cuenta en campeonatos posteriores. El partido del debut, al que España llegaba muy confiada de obtener un gran resultado, se saldó con una derrota inesperada y en ratos humillante, en el que los serbios eran los únicos capaces de hilvanar jugadas con éxito. Posteriormente, se jugó contra Gran Bretaña, a priori el rival más débil del grupo, y al que se confiaba en ganar convenciendo. Sin embargo el partido estuvo muy igualado, y gran Bretaña a punto estuvo de eliminar a España (iba ganando de 4 puntos a poco más de dos minutos para el final del partido), aunque al final el combinado nacional logró llevarse el partido. Y al día suguiente, para acabar con la primera fase, derrotamos con muchos apuros y tras una prórroga a la selección de Eslovenia.

España comenzó la segunda fase perdiendo nuevamente, esta vez ante Turquía, lo que ya no dejaba margen al error. Había que ganar los dos partidos siguientes como fuera. Además. las críticas arreciaban al equipo, por el mal juego desplegado y la falta de concentración y hasta de ambición por parte de, probablemente, el mejor conjunto de todo el campeonato. Había jugadores como Ricky Rubio, Marc Gasol o en ocasiones el propio Pau Gasol, que no rendían al nivel que se esperaba de ellos. Seguramente fuera que pensaban que el Europeo iba a ser mucho más fácil, pero lo que estaba claro era que se necesitaba un cambio de actitud. Ese cambio que se demandaba llegó a medias en el partido contra Lituania, en el que se intercalaron fases de muy buen juego (incluyendo un espectacular parcial de 23-0 en el segundo cuarto), con otros ratos de juego aburrido y previsible como en los partidos anteriores. Finalmente, el último partido de esta fase, contra Polonia, fue más fácil que los anteriores y España se clasificó para cuartos como cuarta y última de su grupo.

Esta fase final se afrontaba con muchas dudas, puesto que a pesar de contar con un equipazo, el juego y actitud desplegado en esta primera fase no habían sido los mejores que puede ofrecer este grupo.

Sin embargo, llegó el partido de cuartos, contra Francia, única selección de todo el Europeo que llegaba invicta. Pero desde el principio del partido se vio a esa España que había maravillado a todos desde el Mundial de Japón. Una defensa asfixiante, un acierto extraordinario en el tiro exterior y la recuperación de la mejor versión de hombres como Pau Gasol o Rudy Fernández, hizo que España batiera por veinte puntos de diferenecia al equipo comandado por el NBA Tony Parker. Ése si que era el equipo que esperábamos todos los aficionados. La tónica se repitió ante la selección de Grecia, que no tuvo opción en todo el partido. Y así, habíamos llegado a la final. No había sido el camino imaginado por todos antes de comenzar el torneo, pero se estaba donde se quería. Y además el partido se jugaba contra la misma selección que nos había ganado en el partido inaugural, Serbia. Había sed de venganza y, sobre todo, fiebre por el oro. De esta manera, España salió a por todas desde el comienzo, con transiciones rápidas, defensa inconmensurable por parte de todo el equipo, y jugando a la perfección en el juego estático. Tanto es así, que se fue al descanso 23 puntos arriba, nada menos. De ahí al final, sí que fue un paseo. Hubo tiempo incluso para que jugasen minutos hombres como Cabezas o Víctor Claver (ojo a este jugador para el futuro). Al final, se había sufrido mucho para llegar hasta el oro, pero así sabe mucho mucho mejor. Esperemos que esta generación tenga su continuación (hombres como Claver, Sergio Llull o Carlos Suárez vienen pisando fuerte), y tengamos muchos años de disfrute con nuestra selección de baloncesto.

Así que enhorabuena a Pau Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio, Víctor Claver, Felipe Reyes (¡enorme Espartaco!), Carlos Cabezas, Raúl López, Sergio Llull, Marc Gasol, Álex Mumbrú y Jorge Garbajosa; nuevos campeones de Europa.

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