Mitad de camino

El Gran Premio de Alemania de este fin de semana marca la mitad del campeonato en 2009, un año muy revuelto en la política que envuelve al deporte. Desde el año pasado, la carrera alemana se disputa alternativamente entre Hockenheim y Nurburgring. Este año visitamos este último, uno de los circuitos donde más historia del deporte se respira. Situado al lado de las montañas de Eiffel, el tiempo siempre es variable en Nurburgring; sin embargo, la carrera ahora se celebra mucho más tarde en la temporada, pasando del mes de abril al de julio. Las posibilidades de una carrera fría y lluviosa serán algo menores.

Agradecerían los Brawn la vuelta del calor a los circuitos. Combinado con un primer sector muy lento que seguro beneficiará a los líderes del campeonato, los Brawn podrían tener un buen fin de semana. Habrá que comprobar las evoluciones que han conseguido desarrollar las escuderías en sus fábricas durante el largo descanso de tres semanas desde el Gran Premio de Gran Bretaña. Una victoria de Sebastian Vettel animaría el mundial, aún siendo la ventaja de Jenson Button cómoda por el momento.

A pesar de todo, el mayor interés un fin de semana más será la política fuera de las pistas. A pesar de que la FOTA había celebrado el acuerdo que sellaron con Max Mosley como una victoria, ayer sólo fueron invitados a la reunión donde se discutirían las normas del próximo año como observadores. No tenían ninguna potestad para votar las propuestas. Era una trampa de Max y, como era lógico, los equipos de la FOTA abandonaron la reunión. Ahora mismo no son participantes del mundial del año que viene, ya que sigue habiendo un sólo reglamento al cual no se han adherido. En cualquier caso, no parece probable que el acuerdo se rompa por este detalle.

Max es perro viejo y la celebración del acuerdo que hicieron los equipos no pudo gustarle. En ese momento le dieron prácticamente por muerto, pero nunca debieron hacerlo. Ahora el presidente de la FIA les ha dado un aviso para que le sigan teniendo en cuenta. La retirada de Max de la FIA no está clara, y por el momento sólo hay otra persona que parece estar meditando presentarse como su oponente: Ari Vatanen. El campeón del mundo de rallies podría tener el apoyo de organizaciones tan importantes como la AAA (American Automobile Association) o la ADAC alemana.

La pelea por la presidencia promete ser tan interesante como el campeonato del mundo. Es una lástima que la competición en la pista no sea tan interesante como las intrigas políticas. La audiencia de las televisiones no dejaría de subir en ese caso.

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