¡¡Campeones, felicidades!!

Este tipo de cosas merece la pena disfrutarlas con calma: El Barça es campeón de Liga. Su 19ª temporada conquistada, aunque esta será recordada de manera especial por el fútbol desplegado, por la belleza de su factura, por la superioridad demostrada, y por conseguir que tanto a los seguidores más fervientes, como a los que no lo son, le haya arrancado más de un aplauso, y más de dos, y más de tres, el tiki-taka de unos chicos que no presumen de nada, y que no cantan victoria hasta que no tienen la copa en las manos, sin excentricidades ni excesos extradeportivos.

Guardiola tiene la culpa. Es raro que a un entrenador le den tanta pomada, le besen tanto los pies, y le feliciten desde todos los frentes, lo ha hecho tan bien y gustan tanto sus formas entre el público, que enamora a todos. El entrenador es el puesto siempre más ingrato, el que menos gana y el que más pierde, pero en este caso, ha sucedido lo inaudito; Pep es el gran triunfador. Su caché, su trayectoria, su porvenir,... se han visto fortalecidos, todo apunta a que es el principio de algo muy grande. Ningún culé olvidará esta temporada, bueno, ni ningún madridista.

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